Salvando las enormes diferencias entre eso que llaman el cuarto poder, la prensa, no deja de sorprenderme el efecto que sigue causando la opinión de alguien cuando ésta se presenta por escrito. Me explico. En una reunión de varias personas se puede poner a "caldo potas" a otra persona (o a varias). Que si es esto, que si es lo otro, que si talycual. Pues bien, no pasa nada hasta que a alguien se le ocurra decir, por escrito, lo mismo que es "vox populi" (dícese, voz del pueblo o rumor popular). ¿Es cierto que el señor (¡toma!) al que hacía referencia en las primeras entradas de esta página utiliza a conveniencia su condición de jefe (que ya no lo es) o sindicalista (que no se sabe si lo es) o lo que sea, con tal de dar su opinión en cuantos mas lugares mejor? Decídanse a escribirlo y verán la reacción del susodicho. [Diccionario de la Real Academia: Susodicho, cha.- (De suso, arriba, y dicho); adj. "Dicho arriba, mencionado con anterioridad", ¿mejor así?]
Y en eso está uno. Escribiendo de lo que le sale de la punta de los deditos y, principalmente, tratando de remover conciencias. Y lo que le queda al hombre. Miedo me da que empiece a montar y desmontar el arma delante del jocico de uno. No crean que exagero, que hasta en el despacho de la ultrasuperhipermega dirección del Área lo ha hecho y nada ha pasado. Que lo haga un poli pa' que vean. Cagadito me tiene (con perdón). Si lo llega a llamar uno "individuo" o "botija verde" a saber... Y ya hablaremos de sindicalismo. ¡Puaaaagggssss! (Qué mal día llevo).
21.1.09
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